¿De dónde es Rafael Varona? Difícil de saber. Cuando lo buscas en Google aparecen multitud de reseñas sobre su trabajo en las principales webs y revistas dedicadas al diseño, pero su biografía es escasa, por no decir que «banksyana». Sabemos que vive a caballo entre Berlín y Amsterdam, que gasta un nombre muy de por aquí y, lo más importante, que tiene un talento apabullante para la ilustración, el diseño gráfico, la animación entendida como un regalo artesanal y un par de cosas más. Si creías todo aquello de que a uno solo le da tiempo en esta vida a ser realmente bueno en una sola cosa, es que aun no te has topado con la obra de Varona.

Te vas a casar y no quieres repartir las mismas invitaciones aburridas y anodinas de siempre. Entonces recuerdas que uno de tus mejores amigos es un genio de la ilustración que no le hace ascos a nada. Así es como terminas con una tarjeta tan chula y tan elaborada como la que Varona diseñó para la boda de unos amigos, combinando algunos de sus rasgos estilísticos más característicos, entre ellos, ese dibujo limpio y claro que tan hipnótico se vuelve cuando se convierte en una animación.

Y ya que hablamos de animación, aquí van unos cuantos ejemplos de algunos de sus trabajos más famosos en este campo. Especialmente su serie de GIFs embotellados, creaciones con un nivel de detalle verdaderamente barroco. Ya sea la fluidez del movimiento del robot que tenéis aquí al lado, la precisión con que se combina la maquinaria de la cinta de correr para renos o el dinamismo del bailoteo del oso guitarrista y su novia, estas pequeñas piezas son todo un ejemplo de cómo la animación también puede convertirse en un producto de artesanía tan valioso como el último corto hiperrealista, hipermegacaro, de Pixar.

¿Cómo explicas los valores de los Derechos Humanos de una forma universal en el espacio de una tarjeta y, de paso, concentras toda la idea en un logo atractivo y que no resulte nada aburrido? Según Varona, más o menos así.

Por supuesto, no podía faltar una de sus reels de animación más completas. 

Imagina ahora que, aparte de ser amigo/a de Varona y estar a punto de casarte, montas una de las ópticas más famosas de Alemania. ¿Por qué conformarse con un packaging precioso cuando puedes montar toda una exposición de arte vinculada a tus gafas?

Los Derechos Humanos son un asunto muy serio. Y si lo trata el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, suena más serio todavía. Claro que nada de eso impidió a nuestro artista realizar estas ilustraciones tan coloridas cuando ambas instituciones le encargaron un par de banners para promocionar dos conferencias sobre el tema en América Central y Sudáfrica.

Y para rematar, ¿por qué no diseñar una web? Quizá la estructura no sea tan novedosa como la de algunos de los diseñadores más vanguardistas, quizá incluso resulte arquetípica, con su menú a un lado y sus desplegables. Quizá incluso sea complicado encontrar algún proyecto web suyo que no haya sido ya sustituido por otra interfaz encargada a un experto en WordPress. Pero, ¿cuántas webs dedicadas a una acróbata de circo y su portfolio habéis visto? A veces el genio también consiste en decidir para quién trabajas. Five points for Varona!

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