El pasado 5 de marzo tuvimos la suerte de disfrutar de la clase magistral impartida por Helio Vega, un verdadero talento del Motion Graphics cuyos trabajos no conocen fronteras. En una charla donde lo profesional y lo personal jugaron un papel tan importante, nos quedamos con ganas de saber un poco más de cómo el motion design, la inspiración y la forma en que afrontas tu propia vida se encuentran estrechamente relacionados.
¿Cómo nació tu pasión por el motion design?
Todo ha sido una evolución natural por mi percepción visual. Estudié la bases del diseño gráfico en Madrid, al terminar ya estaba haciendo prácticas en Zapping, una agencia de publicidad, dónde Urs Frick me ayudó a valorar la conceptualización de los proyectos. Por aquel entonces Flash era una herramienta para dar vida a las webs y a la comunicación audiovisual, me acuerdo que animaba banners espectaculares… de 50 MB.
Entre los proyectos de la agencia estudiaba After FX y 3D por mi cuenta, el tiempo daba igual, lo importante era absorber todo el conocimiento posible. Después de 5 años decidí hacer un Master en Motion Graphics porque me sentía cómodo en este área del diseño, aunque la profesión estaba aún en plena expansión.
Tras haber vivido en Toronto y Doha, regreso a Madrid para montar Spheric, un estudio audiovisual trabajando con profesionales de todo el mundo.
¿Cuáles son las referencias artísticas y “extra artísticas» que dirías que te influyen a la hora de trabajar? Desde otros diseñadores a otro tipo de ámbitos…
Cuando me enfrento a un ejercicio, el primer paso es anotar todas las ideas que sean acordes a lo que el cliente necesita, descubrir el mensaje que quiere transmitir y mezclarlas con ideas que se me ocurran por el camino. Como diseñadores resolvemos los problemas visuales y de comunicación de otras personas, esa es nuestra esencia como profesionales. Después doy paso a la dirección artística, montando una guía visual para descubrir el camino de expresión.
Si no encuentro algo que me convenza, me doy una vuelta por internet, busco en el cajón o me voy a echar una pachanga de basket. Alejarme del escritorio me ayuda a visualizar. Durante todos estos años me he sentido inspirado por el trabajo de muchos profesionales como Kyle Cooper, Chris Cunningham, Katsuhiro Otomo, Bradley Grosh, Danny Yount, Andre Stringer, Mike Alderson, David Fincher, Dalí, Patrick Clair, Romain Gavras, Bruno Aveillan… un sinfín de grandes artistas de diferentes disciplinas, pero siempre intentando crear el mío propio.
La música también forma parte de esta respuesta: The National, Tycho, Bon Iver, alt-J, M83, Daft Punk… Cada uno tiene su espacio en mi proceso de trabajo.
Como profesional que apela al esfuerzo y la lucha personal por buscar un estilo, por moverse y explorar otros lugares y otros entornos, ¿cuál fue el momento más duro en tu carrera dentro de esa búsqueda?
El momento más complicado es la apatía por no seguir buscando nuevos caminos visuales o artísticos. Un diseñador debe mantener esa ilusión por empezar con una hoja en blanco, encontrar la motivación diaria e intentar no recurrir a la carpeta de proyectos rechazados.
¿Y el logro que considerarías más satisfactorio a todos los niveles?
Que cualquier persona, sea cliente o colaborador, quiera volver a trabajar contigo.
Recordando lo que explicaste en la masterclass, es interesante cómo fusionas la actitud personal y la perspectiva vital con el desarrollo de la propia profesión. ¿Crees que la búsqueda obsesiva del talento o de la mejora de las habilidades, sin tener en cuenta otros aspectos de la vida de uno puede llegar a convertirse en un problema, tanto para los que empiezan como para los que quieren mantenerse ahí arriba?
Si, todo influye. Desde tu actitud para resolver cualquier tipo de problema hasta un mínimo detalle sin importancia. La vida en sí misma es lo más inspirador para hacer cualquier actividad que te propongas y por ello también influye en cierta manera en todo lo que diseñas o desarrollas. En realidad todos estamos conectados de alguna manera, sea cual sea tu profesión, el fin es el mismo para muchos profesionales, seas diseñador, animador o compositor.
Hay gente con muchísimo talento que tiene un perfil más técnico que creativo, y aplica su forma de trabajar según su personalidad. Simplemente uno tiene que buscar dónde se sienta más cómodo a la hora de desarrollar su trabajo y aplicarse al 200%.
Finalmente, una recomendación para nuestros alumnos.
Que intenten con todo lo que Trazos ofrece descubrir todas las áreas posibles y después especializarse en aquella actividad que se sientan más cómodos y alegres, y no por cuestión de moda o que crean que van a ser millonarios.
Estudia Motion Graphics en Trazos, una disciplina con una demanda de empleo que no para.