Espontáneo, vivaz, lleno de fuerza y entusiasmo… Es difícil definir a Daniel Fernández, más conocido como “Hebro”. Así que, en un intento por tratar de descifrar a uno de los autores más jóvenes y, al mismo tiempo, consolidados del panorama de la ilustración en nuestro país, charlamos con él tras su paso por la multitudinaria masterclass que ofreció en Trazos el pasado 19 de noviembre.
¿Cómo nació esta pasión tuya por la ilustración? Nos comentabas en la masterclass que es una dedicación que ya te viene de familia.
Tuve la suerte de vivir rodeado de una familia que ama la creatividad, una madre bailarina y un papá dibujante… ¡Al final algo se pega!
Un artista no solo se nutre de otros trabajos, sino de prácticamente todo lo que le llega por los cinco sentidos. ¿Cuáles han sido tus mayores influencias como creador?
Siempre me ha gustado hacer un cóctel variado, por ejemplo mezclando artistas como Miguel Ángel, John Kricfalusi, Tony Fernández, Bruce Lee… Creo que lo mejor es combinar distintas influencias para conseguir ser un dibujante lo más completo y creativo posible.
Tu carrera ha seguido una evolución increíblemente rápida, casi meteórica. ¿Cómo has visto este proceso desde aquellas primeras ilustraciones por puro amor al arte a meterte de lleno en el sector profesional? ¿Sigue dándote el vértigo de aquellas primeras propuestas?
Desde luego, siempre da miedo enfrentarse a un papel en blanco y más aún siendo un trabajo. Cuando uno dibuja para sí mismo normalmente hace lo que le apetece, sin embargo cuando es tu oficio tienes que cumplir con un encargo y es ahí donde viene el reto. Gracias a esto te obligas a dar lo mejor de ti mismo y a dibujar cosas que antes tal vez no harías. Esto es un aprendizaje constante, cada día tienes un examen.
Un aspecto siempre complicado del creador es hasta qué punto defender la visión propia sobre la obra, aún cuando se trata de un encargo. ¿Cómo manejas este tipo de situaciones? ¿El ilustrador debe batallar por la idea que considera más apropiada para el concepto o hay que saber dejarse llevar?
Tienes que ser cumplidor y hacer lo que te piden. Es muy importante adaptarte a un encargo. Un cliente no siempre tiene tu misma visión artística, así que lo ideal es llegar a un equilibrio en el que ambos estéis contentos.
Me llevo innumerables patadas en el culo por proponer mis ideas como diseñador, pero puedo asegurar que los momentos más felices en mi trayectoria son cuando, por ejemplo, me aprueban alguna de esas propuestas. Y más orgulloso me siento aún si ha sido un trabajo en equipo. ¡Tenemos que ser valientes! ¡El ingenio está en nuestras manos!
¿Qué ilustradores actuales dirías que son los más innovadores o radicales en sus propuestas (y de los que más podríamos aprender, no solo por su estilo sino por la filosofía que exhiben con su trabajo)?
El maestro Sergio Pablos diseña personajes centrándose muchísimo en la actitud. Sus creaciones tienen alma propia y están listos para empezar a rodar la película y proyectarla prácticamente en ese momento en el cine. Existen otros diseñadores como Eric Guillon que, con una forma simple, te puede contar mucho.
En este momento disponemos de muchísima información en la red, podemos encontrar innumerables dibujantes geniales como Sam Kieth, Jamie Hewlett , Jorge Capote, Lutgardo Fernández, Borja Montoro, Robert Valley, Tony Fernández, etc… ¡No terminaríamos nunca!
Autodidacta o formado en una escuela, un artista al final siempre se encuentra en permanente aprendizaje. Algunos se obsesionan con la técnica, otros con encontrar «fuentes de inspiración»… ¿Cuál dirías tú que son los aspectos más importantes a la hora de seguir creciendo como ilustrador?
La vida también es un constante aprendizaje. Si dejamos de vivir nuestros dibujos estarán muertos. Creo que el secreto no está en obsesionarse y trabajar como un loco cada día, rodeado de material y libros de arte por todos lados. Necesitamos salir, vivir aventuras y compartir cosas con las personas que queremos, eso es realmente lo que activa nuestro motorcito creativo y nos hace crecer, ser felices.
Ahora que hablamos de instrumentos de trabajo… ¿Ha habido alguna herramienta o innovación que, como ilustrador, te haya descubierto nuevas posibilidades creativas?
De vez en cuando modelo muñequitos con super-sculpey… A veces salen cosas que en el papel no haría.
Hay quien prefiere el silencio monacal o el canto de los pájaros, pero imaginamos que eres de los que trabaja con música a tope… ¿Qué te pones en el Spotify (¡o el walkman!) para trabajar?
Depende del momento. Ta-Ku te dará una muy buena música de acompañamiento. Sin volverte loco, ayuda a mantener el relax. Con Jim Morrison de fondo tendrás una motivación muy especial, saldrán tus ideas más transgresoras. Michael Jackson siempre transmite una electricidad y energía muy potente… ¡Pero cuidado! Tal vez sea demasiada y te obligue a levantarte del tablero. Variedad musical ante todo, lo mismo si le damos una oportunidad al reggaeton nos sale algo interesante.
A nivel audiovisual, tanto en cine como en series o videojuegos, ¿dónde estás viendo el arte más interesante hoy por hoy?
En las paredes de una guardería. Allí nacen obras geniales, no están infectadas por influencias de otros artistas, no son comerciales. Sin olvidar el acting de un niño pequeño: a veces es impredecible y espontáneo, dejando en evidencia a actores de Hollywood.
Finalmente, ¿qué le recomendarías a nuestros alumnos de ilustración?
Que busquen en su cabecita a ese profesor que tienen dentro y se sientan libres. Es el momento de proponer, ya que en una escuela aprendemos todos. El dibujo es un placer que debemos cultivar. ¡Energía, constancia y cariño siempre dan su fruto!
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