Según datos de la AESA, hace poco más de un año en España contábamos con tan solo 60 operadores oficiales de drones. Hoy en día la cifra supera ya el millar, con más de 1.600 aeronaves por control remoto registradas. Este crecimiento espectacular deja bien clara una cosa: convertirse en experto en el pilotaje de estos dispositivos es, sin lugar a dudas, una de las profesiones con mayor futuro y demanda del momento. Lo cual no nos extraña nada, viendo la gran diversidad de sectores que han decidido apostar por el uso de drones para el desarrollo de sus servicios: desde la ingeniería agrónoma, industrial y de caminos pasando por el sector aeronáutico, la arqueología, la seguridad, la meteorología y, sobre todo, el mundo del cine y la televisión.

Como ejemplo de este auge cabe recordar el Amazon Primer Air, el proyecto con el que el gigante de la venta online pretende crear el primer servicio de reparto de mercancía con drones.

ROMPIENDO LAS FRONTERAS DE LA REALIZACIÓN

Ya sea para ese documental sobre las ballenas asesinas de los mares del sur, para el enésimo plano espectacular de una batalla en Juego de Tronos o para la grabación de un Gran Premio de Fórmula 1, el uso de drones en realización audiovisual ha evolucionado en muy poco tiempo del mero recurso experimental y anecdótico a técnica imprescindible en cualquier producción, ofreciendo un nuevo y amplio abanico de posibilidades estéticas.

Sin embargo, para explotar este recurso hace falta algo más que conocimientos del medio audiovisual. Después de todo, estamos hablando de una aeronave y, como tal, requiere de un certificado oficial que acredite el conocimiento profesional del aparato por parte del operador, quien, en este caso, también cuenta con amplios conocimientos de realización y producción, creando una figura completamente novedosa dentro de cualquier rodaje.